jueves, 29 de septiembre de 2011

TEMA 1 [SEGUNDA PARTE]: LA LITERATURA CLÁSICA

I. LA LITERATURA GRIEGA


  La literatura occidental comienza en Grecia. Las manifestaciones artísticas griegas se caracterizan por su sentido de la mesura, la sujección a una norma y por el seguimiento de un método. En el campo de la literatura, los autores helenos disponían de dos instrumentos esenciales:

a) La mitología: el pueblo griego adoró primero a las fuerzas de la naturaleza, convirtiéndolas en dioses con formas y sentimientos humanos (antropomorfismo), pero que poseían mayor fuerza y belleza que los hombres y, sobre todo, eran inmortales. También crearon héroes, nacidos de la unión entre un dios y un mortal. De esta rica tradición oral surgieron los mitos; los mitos pervivirán gracias a su belleza y a sus apasionantes tramas, que serán fuente de inspiración para la creación literaria. La amplitud y complicación de los mitos griegos hizo necesario recopilarlos y sistematizarlos. De ello se encargó Hesíodo (s. VIII a.C.). Sus principales obras son:
  • Teogonía: poema donde se relatan los mitos del origen del mundo y se resume el parentesco entre los dioses. Es el único texto que conservamos en que se exponga de manera organizada el conjunto de los dioses griegos.
  • Los trabajos y los días: poema de intención moral en que explica las labores agrícolas, a la vez que hace reflexiones sobre la ambición de riquezas y las virtudes del trabajo.
b) La lengua griega posee una fonética musical, una sintaxis flexible y un léxico rico, lo cual la hacía muy apta para el canto y facilitaba la expresión del sentimiento.

I.1. LA POESÍA ÉPICA GRIEGA

      Nace como herencia de una rica tradición oral y cuenta las hazañas de los héroes del pasado; es obra de un aedo o rapsoda, quien recitaba un cantar que previamente había oído, manteniendo viva una larga cadena poética y musical. Él conserva los elementos tradicionales, pero a la vez innova, pues no dispone de un texto prefijado, sino que crea su obra valiéndose de su conocimiento de las leyendas y de un surtido de fórmulas fijas.

   Los rasgos esenciales de la poesía épica son:

a) La recurrencia a temas mitológicos.
b) La utilización de una lengua arcaica y artificial.
c) El empleo de fórmulas épicas (epíteto épico: Aquiles, el de los pies ligeros y repeticiones).
d) El uso de un solo tipo de verso (hexámetro).

I.1.1. HOMERO: es el único rapsoda del que se conservan poemas; poeta del siglo VIII a.C., apenas se sabe nada de su vida: en alguna época se puso en cuestión su existencia real y se pensó que los poemas homéricos eran fruto de la tradición popular oral, unificada bajo el nombre de un poeta inexistente, pero hoy parece seguro que sí existió, y que dichos poemas fueron elaborados por una sola persona. Según la tradición, Homero era ciego y parece ser que estaba relacionado con los ambientes de la nobleza, cuyas virtudes guerreras glorificaba en sus poemas. 

A. La Iliada, dividida en 24 cantos, narra un episodio en el último de los diez años de la guerra de Troya (Ilión, en griego): Aquiles, irritado porque el jefe de los griegos, Agamenón, le ha arrebatado la esclava Briseida, decide abandonar la lucha. Los troyanos aprovechan la ausencia del héroe para atacar el campo griego y matan a Patroclo, que les había hecho frente con las armas de Aquiles. Al conocer la triste noticia, el héroe aqueo, Aquiles, vuelve al combate y toma venganza matando a Héctor, hijo del rey troyano Príamo. Los dioses participan activamente en la acción tomando partido por uno u otro bando.


B. La Odisea relata, también en 24 cantos, el largo viaje de Ulises (Odiseo, en griego) desde Troya hasta su patria, Ítaca. Gracias a su ingenio consigue superar numerosas aventuras entre seres fantásticos, como sirenas, hechiceras o cíclopes. A su regreso se enfrenta a varios nobles que pretenden, ante su larga ausencia, casarse con su esposa Penélope y usurpar la corona. Gracias a su astucia y con ayuda de su hijo Telémaco, consigue eliminar a los pretendientes y retomar su poder real.


1. [Ulises, en su camino de regreso a Ítaca, narra a unos huéspedes las aventuras que le acontecen durante el viaje. Muchas de estas aventuras tienen un elemento fantástico, como la del enfrentamiento con el cíclope Polifemo. Este monstruo de un solo ojo tiene prisioneros a Ulises y sus compañeros, a algunos de los cuales ha devorado. Ulises, gracias a su astucia, consigue acabar con Polifemo y liberar a sus compañeros]: 

   Acabadas con prontitud tales cosas, agarró a otros dos de mis amigos y con ellos se aparejó la cena. Entonces, me llegué al cíclope y, teniendo en la mano una copa de negro vino, le hablé de esta manera:

ULISES.–Toma, cíclope, bebe vino, ya que comiste carne humana, a fin de que sepas qué bebida se guardaba en nuestro buque. Te lo traía para ofrecer una libación en el caso de que te apiadases de mí y me enviaras a mi casa, pero tú te enfureces de intolerable modo. ¡Cruel! ¿Qué seres humanos llegarán hasta aquí en lo sucesivo, si te portas de modo tan injusto?

  Así le dije. Tomó el vino y se lo bebió. Y le gustó tanto el dulce licor que me pidió más.

POLIFEMO.–Dame de buen grado más vino y hazme saber inmediatamente tu nombre para que te ofrezca un don hospitalario con el que te alegres. Pues también a los cíclopes la fértil tierra les produce vino en gruesos racimos, que crecen con la lluvia enviada por Zeus; mas esto se compone de néctar y ambrosía.

  Así habló y yo volví a servirle el negro vino; tres veces se lo presenté y tres bebió incautamente. Y cuando los vapores del vino envolvieron la mente del cíclope, le dije con suaves palabras:

ULISES.–¡Cíclope! Preguntas cuál es mi nombre ilustre y voy a decírtelo; pero dame el presente hospitalario que me has prometido. Mi nombre es Nadie y Nadie me llaman mi madre, mi padre y mis compañeros todos.

Así le hablé, y en seguida me respondió con ánimo cruel:

POLIFEMO.–A Nadie me lo comeré el último, después de sus compañeros, y a todos los demás antes que a él: tal será el don hospitalario que te ofrezco.

Así dijo; se tiró hacia atrás y cayó de espaldas. Así echado, dobló el robusto cuello y le venció el sueño, que todo lo rinde: le salía de la garganta el vino con pedazos de carne humana, y eructaba por estar cargado de vino. Entonces metí la estaca debajo del abundante rescoldo para calentarla y animé con mis palabras a todos mis compañeros, no fuera que alguno, poseído de miedo, se retirase. Mas cuando la estaca de olivo, con ser verde, estaba a punto de arder y relumbraba intensamente, fui y la saqué del fuego; me rodearon mis compañeros y algún dios nos infundió gran audacia. Ellos, tomando la estaca de olivo, la hincaron por la aguzada punta en el ojo del cíclope y yo, alzándome, la hacía girar por arriba.
2. [Tras una estancia en la isla de Circe, Ulises y sus compañeros parten rumbo a Ítaca. La maga, antes de la partida de Ulises, le advierte de los múltiples peligros con que se va a encontrar en el camino de vuelta, como, por ejemplo, que va a cruzarse con las sirenas, seres mágicos con cuya voz encantan a los hombres, de manera que estos ya no vuelven a ver a sus esposas e hijos. Y así evita Ulises dejarse llevar por los seductores cantos de las sirenas]:

  Tomé al instante un gran pan de cera y lo partí con el agudo bronce en pedacitos, que me puse luego a apretar con mis robustas manos. Pronto se calentó la cera, porque hubo de ceder a la gran fuerza y a los rayos del sol, y fui tapando con ella los oídos de todos los compañeros. Me ataron estos en la nave, de pies y manos, derecho y arrimado a la parte inferior del mástil; ligaron las sogas al mismo y, sentándose en los bancos, tornaron a batir con los remos el espumoso mar. Hicimos andar la nave muy rápidamente, y, al hallarnos tan cerca de la orilla que allá pudieran llegar nuestras voces, no les pasó inadvertido a las sirenas que la ligera embarcación navegaba a poca distancia y empezaron un sonoro canto:

LAS SIRENAS.–¡Llega acá, célebre Ulises, gloria insigne de los aqueos! Acércate y detén la nave para que oigas nuestra voz. Nadie ha pasado en su negro bajel sin que oyera la suave voz que fluye de nuestra boca, sino que se van todos, después de recrearse con ella, sabiendo más que antes, pues sabemos cuántas fatigas padecieron en la vasta Troya argivos y teucros por la voluntad de los dioses, y conocemos también todo lo que ocurre en la fértil tierra.

  Esto dijeron con su hermosa voz. Sintió mi corazón ganas de oírlas, y moví las cejas, mandando a los compañeros que me desatasen, pero todos se inclinaron y se pusieron a remar. Y, levantándose Perimedes y Euríloco, me ataron con nuevos lazos, que me sujetaban más reciamente. Cuando dejamos atrás las sirenas y ni su voz ni su canto se oían ya, se quitaron mis fieles compañeros la cera con que había yo tapado sus oídos y me soltaron las ligaduras.


I.2. LA POESÍA LÍRICA GRIEGA

     Si la poesía épica narra los hechos gloriosos del pasado, la poesía lírica se ocupa de los sentimientos e inquietudes del presente y da lugar a una poesía más emotiva e íntima. Aunque apenas se conservan unos pocos fragmentos, estos textos líricos bastan para darnos una idea de la belleza y frescura de estos poemas.
  • Lírica coral. Son poemas concebidos para ser cantados por un coro: esta circunstancia hace que la lírica coral tuviese lugar en acontecimientos sociales o públicos. Se trata de largas y complejas composiciones destinadas a ser cantadas en fiestas religiosas, funerales, bodas u otras celebraciones. Su mayor representante es Píndaro, poeta profesional nacido a finales del siglo VI a.C. Píndaro se hizo famoso por sus poemas en honor a los vencedores olímpicos. Cuando un vencedor regresaba a su ciudad, era recibido como un héroe, con festines en los que se cantaban poemas corales llamados Cantos de victoria o epinicios. Las odas tenían distintos nombres en función de dónde hubiesen tenido lugar los Juegos; por ejemplo, las Odas olímpicas se llaman así porque conmemoran a los vencedores de los juegos que tuvieron lugar en Olimpia. 
  •  
  • Lírica individual. También llamada lírica monódica, está compuesta por poemas más breves, de recitación individual. Su temática es variada: los hay morales, satíricos, los que cantan los placeres de la vida o las experiencias amorosas, pero, sobre todo, expresan la subjetividad del poeta.
    • Arquíloco. Aristócrata arruinado nacido a finales del siglo VII, compuso canciones amorosas y satíricas, en las que se burlaba de la importancia que daba la nobleza a los honores ganados en el campo de batalla.
    • Alceo. Poeta contemporáneo de Safo (ambos nacieron en el siglo VII a.C.). De origen noble, defendió en sus poemas a los aristócratas de Lesbos, que se debatían en luchas sociales con otras clases.
    • Safo. Fue la poetisa más importante y leída en la Antigüedad. Residió una época en Sicilia y dirigió en Lesbos una escuela literaria para chicas jóvenes de origen noble.

      La leyenda le atribuye diversos episodios, como su suicidio por un amor no correspondido. Solo se conservan 650 versos de sus obras, en los que canta las íntimas alegrías y penas de sus amores y crea un mundo propio de sentimientos y sensibilidad.

      Safo creó el verso sáfico, verso de once sílabas distribuidas en cinco pies. Este verso dio lugar a la estrofa sáfica y fue introducido en la poesía latina por Horacio.
    • Anacreonte. Poeta nacido a mediados del siglo VI a.C., dedicó toda su producción poética a cantar al vino, a la juventud y a los placeres del amor y de la vida. El adjetivo anacreóntico, aplicado a la poesía, ha quedado como sinónimo de una clase de composiciones destinadas a ensalzar los aspectos más placenteros de la vida.

POEMAS LÍRICOS: 

1. ARQUÍLOCO DE PAROS



Algún Sayo alardea con mi escudo, arma sin tacha,

que tras un matorral abandoné, a pesar mío.

Puse a salvo mi vida. ¿Qué me importa a mí el tal escudo?

¡Váyase al diantre! Ahora adquiriré otro no peor



2. PÍNDARO



Lo mejor es, de un lado, el agua, y, de otro, el oro, como ardiente fuego,

que destaca en la noche por encima de la magnífica riqueza.

Y si certámenes atléticos celebrar

anhelas, querido corazón,

ni busques otra estrella más cálida que el sol

brillante en el día como todo el yermo éter,

ni ensalcemos otra composición superior a la de Olimpia.



3. ALCEO DE MITELENE



Me desconcierta la revuelta de los vientos.

De aquí llega rodando una ola y por allá

otra, y nosotros en medio arrastrados

nos vemos en nuestra nave negra,

afligidos por la muy enorme tempestad.

El agua de la sentina ya cubre el pie del mástil.

Toda la vela está ya transparente,

y cuelga en grandes jirones su tela,

no logran asideros las anclas, y el timón…

… mis dos piernas se afirman en las jarcias

y solo esto me mantiene a salvo.

Toda la carga arrastrada fuera de borda va.


4.  SAFO:

Me parece que es igual a los dioses
el hombre aquel que frente a ti se sienta,
y a tu lado absorto escucha mientras
dulcemente hablas
y encantadora sonríes. Lo que a mí
el corazón en el pecho me arrebata;
apenas te miro y entonces no puedo
decir ya palabra.
Al punto se me espesa la lengua
y de pronto un sutil fuego me corre
bajo la piel, por mis ojos nada veo,
los oídos me zumban,
me invade un frío sudor y toda entera
me estremezco, más que la hierba pálida
estoy, y apenas distante de la muerte
me siento, infeliz.
5. ANACREONTE:  

Echándome de nuevo su pelota de púrpura
Eros de cabellera dorada
me invita a compartir el juego
con la muchacha de sandalias de colores.
Pero ella, que es de la bien trazada Lesbos,
mi cabellera, por ser blanca, desprecia,
y mira, embobada, hacia alguna cosa.






domingo, 25 de septiembre de 2011

TEMA 1. DE LA ANTIGÜEDAD A LA EDAD MEDIA: EL PAPEL DE LA RELIGIÓN Y DE LAS MITOLOGÍAS EN LOS ORÍGENES DE LA LITERATURA

I. INTRODUCCIÓN

   El nacimiento de la escritura, ocurrido hacia el 3.500 a.C, constituye una gesta tan extraordinaria para la humanidad como lo fue anteriormente el dominio del fuego o el desarrollo de la agricultura. Las primeras formas de escritura surgieron de la necesidad de tomar anotaciones de carácter económico, como controlar la recogida de las cosechas, el cobro de impuestos, etc. El uso de la escritura permitió a los hombres perfeccionar su pensamiento y sus ideas, lo que abrió el camino para el desarrollo de la ciencia, las leyes, la religión, la filosofía o la literatura.
   Las primeras formas de escritura nacieron en Mesopotamia y Egipto. Los sumerios desarrollaron la escritura cuneiforme, un sistema de pictogramas grabados sobre tablas de arcilla que, con el tiempo, se fue simplificando y tornando más abstracto. Los egipcios desarrollaron la escritura jeroglífica, cuya base son los ideogramas. 
  
El politeísmo es aquella doctrina religiosa cuyos seguidores creen en la existencia de múltiples divinidades organizadas en una jerarquía. Este complejo universo sobrenatural es descrito mediante mitos, leyendas y obras sagradas. El monoteísmo es la creencia en la existencia de un solo Dios; las religiones monoteístas más extendidas son el judaísmo, el cristianismo y, más tarde, el Islam.

I.1. LITERATURA EN MESOPOTAMIA

En Mesopotamia florecieron diversas culturas desde el IV milenio a.C.: sumerios, arcadios, babilonios, asirios, hititas…Estas culturas desarrollaron las primeras formas de escritura conocidas y legaron, a través de tablillas de arcilla, una literatura compuesta por textos e himnos religiosos y por poemas épicos sobre los orígenes del mundo, como el Enuma Elish, el poema babilónico de la creación. Esta cosmología del II milenio a.C. recoge la creación del Universo, de los dioses y, finalmente, del hombre. En ella encontramos motivos comunes a otras civilizaciones, recogidos, por ejemplo, en el Génesis bíblico.

El Poema de Gilgamesh es la obra más conocida de la literatura babilónica. Compuesto hace más de 4000 años, se trata de un poema épico que narra los infructuosos viajes del héroe protagonista, Gilgamesh, para hallar un remedio contra la muerte de su amigo Enkidu. La primera redacción que ha llegado a nuestras manos data, aproximadamente, del 2000 a.C, aunque de ella no quedan sino fragmentos inconexos. La copia más extensa se conserva en las 12 tablillas que se encontraron en la biblioteca del rey Asurbanipal. 



I.2. LITERATURA EN EGIPTO

Los más arcaicos testimonios en la literatura del antiguo Egipto (III milenio a.C.) son composiciones litúrgicas, literatura sapiencial (Instrucción de Ptahhotep), cantos de trabajo y textos de agudo pesimismo, como el Diálogo de un hombre cansado de la vida con su espíritu. Más adelante (II milenio a.C) florece la narrativa, en la que destacan las Aventuras de Sinuhé o el Cuento de un náufrago, así como la poesía sacra (el célebre Himno al Sol).

El Libro de los Muertos consiste en una recopilación de fórmulas mágicas y religiosas, destinadas a ayudar, guiar y proteger al difunto en el más allá. Esta tradición tuvo su origen a lo largo del segundo milenio a.C. en las inscripciones funerarias grabadas en las paredes de las tumbas, las cuales, a lo largo de los siglos, se volvieron tan extensas que pasaron a ser escritas sobre papiro, en rollos que se depositaban junto al fallecido.



I.3. LITERATURA CHINA

  Los textos chinos más antiguos se remontan al primer milenio a.C. La mayoría son de tipo religioso, como el I-Ching, o filosófico, como las obras de Confucio o de los taoístas.

a)   La poesía presenta una singular característica, debida a las peculiaridades de la lengua china que hacen posible efectuar varias lecturas de los textos, que se vuelven así más misteriosos y sugestivos. Es un género de larguísima tradición, que se inicia con las antiguas figuras de Chu Yuan (s. IV a.C) o Tao Quian (s. IV-V). El siglo VIII es la edad de oro de la poesía china. 
b)   El teatro es, desde el siglo XIV, toda una institución de la vida china. Las tramas en prosa (sencillas al principio aunque progresivamente más complicadas) se combinan con canciones y con comentarios en verso. La puesta en escena está fuertemente codificada y ritualizada. 
c)   La narrativa no se consolida hasta finales del siglo XIV, con la Historia de los tres reinos de Luo Ben. Los títulos clásicos son Viaje a Occidente de Wu Cheng’en (siglo XVI), de tono fantástico; La ciruela del vaso de oro, de Wang Shizhen (siglo XVII), entre realista y erótica, y la novela amorosa El sueño del pabellón rojo de Cao Zhan (siglo XVIII).



I.4. LITERATURA INDIA

   I.4.1. Periodo védico: la primera fase de la literatura sánscrita toma su nombre de la palabra “veda” (“ciencia”). Básicamente, consiste en una amplia serie de textos religiosos: los más antiguos, agrupados en el Rig-Veda, se remontan al siglo XV a.C.

  I.4.2. Periodo clásico: comienza hacia el siglo IV a.C. y presenta una notable diversidad de géneros.

a)  La epopeya tradicional nos ha legado dos grandes obras, el Mahabharata y el Ramayana, ambas recogidas por escrito en el siglo II. El Mahabharata consta de más de 200.000 versos repartidos en 18 cantos; alrededor de una trama central legendaria sobre las luchas entre los descendientes de dos hermanos, se van  intercalando descripciones, largos discursos, historias secundarias (como la de Nala y Damayanti o la del anillo de Sakuntala), y hasta un tratado filosófico, el Bhagavadgita. El Ramayana, atribuido a Valmiki, narra los esfuerzos del rey Rama por rescatar a su esposa, raptada por el rey de los demonios. 
b)  Desde el siglo II a.C se desarrolla una rica tradición dramática. Destacan títulos como Sakuntala de Kalidasa, una bella historia de amor, o el llamado “Romeo y Julieta hindú”, el Malatimadhava de Bhavabhuti.

c)  De las abundantes recopilaciones de cuentos y fábulas indias, la más antigua y famosa es el Panchatantra (siglos IV-V). Este libro se incorporó a la tradición occidental a través de versiones árabes, que llegaron hasta la España medieval con el título de Calila y Dimna. 

d)   El tratado erótico Kamasutra (siglo V) se incluye dentro de los textos religiosos de la India. Por otro lado, en las abundantes obras inspiradas en la figura de Buda se basó una biografía árabe, Barlaam y Josafat, que a través del castellano llegó a Occidente. 

I.4.  LA BIBLIA.


     Se conoce con este nombre al conjunto de libros canónicos del judaísmo y el cristianismo. La Biblia compilaba documentos separados, llamados "libros", que fueron escritos primero en hebreo y arameo (Antiguo Testamento) y, después, en griego (Nuevo Testamento, si bien algunos de sus libros aparecen en arameo). El pueblo judío identifica La Biblia únicamente con el Tanaj (el Antiguo Testamento). 
     La Biblia cristiana fue ensamblada por primera vez en el Concilio de Hipona (año 393 d.C.); dicho canon, compuesto por 73 libros, fue confirmado en el Concilio de Cartago en el año 397 y, posteriormente, en el Concilio de Trento de 1546 (este último solo es válido para los católicos romanos. Fue escrita a lo alrgo de unos 1000 años (900 a.C> 100 d.C.) y ha sido traducida a más de 2000 lenguas, por lo que puede afirmarse que se trata del libro con mayor difusión de la historia de la humanidad. Se conoce como Vulgata la traducción que realizó san Jerónimo al latín vulgar a principios del siglo V por encargo del papa Dámaso I. 

I.4.1. Los libros de La Biblia
  •    Antiguo Testamento. Pentateuco [Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio], Libros históricos de profetas [Josué, Jueces, Ruth, Samuel I y II, Reyes I y II, Crónicas I y II, Esdras, Nehemías, Tobías, Judith, Esther, Macabeos I y II], Libros de los profetas [Mayores: Isaías, Jeremías, Lamentaciones de Jeremías, Baruc, Ezequiel, Daniel/ Menores: Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías, Malaquías], Libros sapienciales o gnómicos [Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés, Cantar de los Cantares, Sabiduría, Eclesiástico]
  •       Nuevo Testamento. Está formado por los siguientes libros: 
a)   Los cuatro Evangelios canónicos, cuya autoría se adjudica a los Apóstoles san Mateo, san Marcos, san Juan y san Lucas. Todos están escritos en griego, a excepción del Evangelio de san Mateo, que está escrito en arameo. Existen unos evangelios apócrifos que no fueron añadidos a La Biblia al no ser reconocidos por las iglesias cristianas. La mayoría de los expertos considera que fueron escritos en la segunda mitad del siglo I d. C, aproximadamente entre 35 y 60 años después de la muerte de Jesús de Nazaret. Pertenecen al género histórico-biográfico: todos narran la vida, doctrina y milagros de Cristo; por la semejanza que guardan entre sí se denominan sinópticos. 

b)  Hechos de los apóstoles: es la única historia de la Iglesia primitiva conservada, y está redactada con el mismo estilo de los tratados históricos. 

c)  Las catorce espístolas que escribió san Pablo y las siete Epístolas católicas: pertenecen al género epistolar, en el que se fusiona el carácter religioso de los textos bíblicos con el género didáctico y sapiencial. Las epístolas de san Pablo están dirigidas a los Romanos, a los Corintios, los Gálatas, los Efesios, los Colosenses, los Tesalonicenses, a Timoteo, a Tito, a Filemón y a los Hebreos. Su finalidad es dar instrucciones a los cristianos sobre el modo de comportarse y responder a sus inquietudes. Los autores de las Epístolas católicas son Santiago, san Pedro, san Juan y san Judas. Van dirigidas a todos los fieles en general y son más tardías que las de san Pedro.
d)   El Apocalipsis: es el último libro de La Biblia. Se atribuye a san Juan y fue escrito a finales del siglo I o principios del II, cuando las persecuciones romanas contra los cristianos se hicieron más cruentas, en tiempos del emperador Domiciano. Por su género, es el único libro del Nuevo Testamento exclusivamente profético y es, quizás, el escrito más críptico de toda La Biblia, pues el gran número de símbolos, visiones y sucesos que describe complica en gran manera su interpretación. 


           
       

¿CÓMO SE REDACTA UN COMENTARIO DE TEXTO?

  Uno de los trabajos académicos más frecuentes en todas las asignaturas es el comentario. Con este término denominamos el discurso oral o escrito en que se explica razonadamente cuanto se ha comprendido sobre cierto objeto concreto de estudio (en nuestro caso, un texto) tras un análisis personal, profundo y sistemático. Comentar un texto, por tanto, es explicar argumentadamente lo que dice ese texto (contenido), cómo lo dice (forma) y por qué lo dice (relación con los rasgos característicos del autor y la época). Un comentario nos permite, pues, estudiar en profundidad un texto captando su sentido, analizarlo críticamente, tomando conciencia del íntimo entrelazamiento de la forma y el contenido, y entenderlo adecuadamente en el contexto de la producción del autor, del género y del movimiento literario al que pertenece y de la época en que se sitúa.

ANTES DE EMPEZAR EL COMENTARIO DE TEXTO:

A)      Numerar las líneas.
B)      Lectura comprensiva. La lectura comprensiva tiene por objeto captar el sentido general del texto y el de cada una de las ideas que lo componen. Ha de ser una lectura completa y atenta, y habrá de realizarse cuantas veces sea preciso para asegurarse de que se comprenden todas las ideas. Es necesario entender el significado de todas las palabras del texto: si la situación lo permite, habrá que recurrir al diccionario para consultar los términos desconocidos; si ello no fuera posible, el contexto puede ayudar a deducir ese significado.
C)      Subrayar las ideas fundamentales, enmarcar las palabras clave, escribir anotaciones al margen.
D)      Hacer un esquema que recoja las ideas básicas que se van a desarrollar a lo largo del comentario. Conviene que distingamos con claridad, como en cualquier trabajo académico, tres grandes apartados: una introducción, el desarrollo y una conclusión.

COMENTARIO DE TEXTO

1. Contextualización. El primer paso consiste en identificar el molde textual que ha seleccionado el autor para verter la información que pretende transmitir al lector (es decir, si se ha propuesto escribir un ensayo, una novela, una descripción, un artículo científico…). También hay que señalar, si se conoce, la obra de la que se ha extraído, con su fecha y el autor, así como mencionar la época histórica y el movimiento literario en que se sitúa.  
    En este apartado del comentario es fundamental conocer el concepto de variedad discursiva. Todo texto es un mensaje inscrito en un proceso de comunicación particular y los elementos que intervienen en dicho proceso (emisor, receptor, canal, código, situación comunicativa) determinan el carácter y la forma misma del texto: cada texto tendrá, por tanto, sus propias características… No hay dos iguales. No obstante, también es posible observar ciertas regularidades, tanto en las técnicas  expresivas como en la forma lingüística, que nos permiten hablar de diferentes tipos generales de textos: todos somos capaces de diferenciar un fragmento novelístico y un poema, una columna periodística y una noticia, un acta y una receta de cocina… Un concepto fundamental para el comentario textual es, por tanto, el de variedad discursiva: llamamos variedades discursivas a diferentes estrategias de construcción de un texto que tienen que ver con la intención del emisor y la perspectiva que adopta ante la información que pretende transmitir. El emisor puede concebir fundamentalmente esa información como:

a)       Una sucesión de hechos reales o ficticios Narración.
b)       Una serie de observaciones de la realidad Descripción.
c)       Una explicación ordenada de una o varias ideas: Exposición.
d)       Un razonamiento que pretende convencer al receptor de una idea Argumentación.
e)       Cuando el escritor utiliza el diálogo como estrategia discursiva para transmitir información a un lector (por ejemplo, los diálogos de una novela o en una entrevista como género periodístico), éste puede ser entendido como una variedad del discurso.

    Esta distinción entre variedades no implica que los textos hayan de utilizar únicamente una de ellas. Por el contrario, suele ser habitual que aparezcan mezcladas en el mismo discurso. Así, en un relato encontramos partes narradas, descripciones de objetos o de personas, diálogos; igualmente, es usual que los textos argumentativos contengan también exposiciones.

2. Contenido. La lectura comprensiva debe permitir captar el tema fundamental del texto. Para ello conviene estar atento a los términos y los conceptos recurrentes. Es útil en este sentido señalar las palabras clave.

-        Tema: La comprensión del texto implica, en último término, haber percibido su unidad temática y la intención del autor. Por ello es importante identificar y enunciar de una manera clara y precisa esa idea que da coherencia global al texto: dentro del tema incluimos tanto AQUELLO DE LO QUE TRATA EL TEXTO como LA INTENCIÓN y LA ACTITUD del autor.

-        Resumen: Su objetivo es reformular el contenido del texto de una forma condensada y sintética. Ha de caracterizarse por su brevedad, su orden, la selección adecuada de la información y la abstracción de las ideas fundamentales. Tiene que ocupar aproximadamente el 20% del texto completo y se redacta sin utilizar los puntos y aparte, esto es, en un solo párrafo.

3. Estructura de las ideas. La lectura comprensiva debe también ayudar a captar las  ideas particulares relacionadas con el tema. Para ello, conviene leer el texto párrafo a párrafo, entender esas ideas concretas y enunciarlas de forma sencilla y clara: una técnica que ayuda a seleccionar las que son fundamentales y distinguirlas de las secundarias es el subrayado.
     La enunciación de las ideas fundamentales es el punto de partida para la elaboración del ESQUEMA DE CONTENIDOS. Este esquema es un recurso que permite tomar conciencia de la vertebración y jerarquización de las ideas principales y secundarias y representar todo ello gráficamente.
    Este apartado debe completarse con un análisis de los rasgos específicos que caracterizan a los textos literarios  pertenecientes a  los tres grandes géneros de la tradición occidental:

* TEXTOS POÉTICOS: Análisis de la métrica (número de sílabas de los versos, rimas, acentos, pausas, estrofas). Asimismo, cuando sea el caso, se comentará su presentación o disposición tipográfica.

*TEXTOS NARRATIVOS: La narración está constituida por una serie de elementos que determinan su estructura: el narrador, la acción, los personajes, el tiempo y el espacio, los cuales pueden ser desarrollados por el escritor mediante diferentes técnicas que han de analizarse en el comentario.

*TEXTOS DRAMÁTICOS: La estructura externa de un texto dramático la constituyen las diferentes intervenciones de los personajes y las acotaciones  que incluye el escritor; al mismo tiempo, hay que prestar atención a los cambios de escena con las entradas y salidas de personajes y a cualquier otra marca de carácter escénico. Asimismo, en los textos dramáticos existen una serie de elementos estructurales que en buena medida coinciden con los de la narración, lo cual es lógico si se piensa que tanto en un género como en otro se produce una recreación de hechos ficticios o reales.


4. Análisis de la lengua El propósito del comentario lingüístico es triple:

a)       Caracterización del texto según la variedad de lengua que se emplea en él, tanto desde el punto de vista histórico (si el texto es antiguo y se aprecian elementos de un estado de lengua anterior al actual), como desde el dialectológico (si presenta rasgos propios de algún dialecto), sociológico (si se observan características de la lengua de determinado nivel o grupo social) o funcional (si el texto pertenece a algún ámbito específico de la comunicación social: administrativo, periodístico, científico, etc.). En cualquier caso, la misión del comentarista es determinar de qué variedad se trata y con qué rasgos relevantes se manifiesta ésta en el texto.
b)     Justificación de la forma lingüística del texto en relación con su contenido. Hay que explicar por qué el autor ha empleado determinados elementos lingüísticos y recursos de estilo y no otros. Debemos concebir, pues, los rasgos lingüísticos como una exigencia del tema del texto y del propósito del autor al escribirlo.
c)       Análisis del estilo. Además de todo lo anterior, la forma del texto está determinada por el estilo personal de quien lo ha escrito. Es también un objetivo del comentario lingüístico mostrar y explicar las peculiaridades de la escritura del autor, tanto las personales como las que están condicionadas por los rasgos de época o de movimiento en el caso de los textos literarios.

Se debe realizar el análisis lingüístico del texto atendiendo a estos tres niveles gramaticales: 

-          Nivel fónico. Seseo, ceceo, metátesis, aliteración, rima, entonación, onomatopeya…

-          Nivel morfosintáctico

                          I.      Sustantivos: ¿Son abundantes?, ¿predominan sobre los verbos? Ello suele suceder, por ejemplo, en los textos descriptivos y expositivos; en la narración, en cambio, el mayor peso informativo corresponde a los verbos, sobre todo los que significan acciones. ¿Qué tipos de sustantivos abundan: concretos o abstractos? El predominio de los abstractos suele corresponderse con un discurso de carácter reflexivo, intelectual. 
                        II.     Adjetivos y otros complementos del nombre: Conviene fijarse en su frecuencia de aparición, en su relación con el sustantivo al que acompañan, en su posición y en los valores que aportan. ¿Son abundantes o se evita su empleo? ¿Por qué? ¿Predominan los que tienen valor especificativo (como sucede, por ejemplo, en los textos que tienden a la objetividad) o los explicativos  y descriptivos (como en los que son más subjetivos: descripciones literarias, por ejemplo)? ¿Hay epítetos? ¿Abundan los adjetivos antepuestos o predominan los pospuestos? ¿Aparecen agrupados en series de dos, tres o más con el mismo sustantivo? ¿Se observa en esta disposición algún tipo de regularidad a lo largo del texto? También hay que tener en cuenta otros hechos relevantes como la gradación (el uso de adjetivos en grado comparativo y superlativo suele denotar énfasis y expresividad) y el empleo de diminutivos (que reflejan la afectividad del autor y, por tanto, una actitud subjetiva). 
                     III.      Verbos: Se pueden analizar tanto la persona gramatical (lo que revelará la presencia del emisor y del destinatario en el texto, si aparecen en primera o segunda persona, o su ausencia intencionada, si se emplea exclusivamente la tercera), como los tiempos y modos que predominen. Recuérdese que la forma del discurso y el tipo de texto condicionan el uso de unas u otras formas del verbo: en los relatos, ya sean periodísticos o literarios, la alternancia de formas perfectivas e imperfectivas sirve para dotar al texto de un ritmo narrativo más rápido o más lento; en las descripciones predominarán las formas imperfectivas de presente o de pasado; en los textos científicos es característica la utilización de presentes con valor atemporal o gnómico; en los mensajes publicitarios abundan las formas de imperativo o de futuro con valor de obligación, etc. Además, se puede considerar también el tipo de verbos según su significado: en los discursos narrativos predominarán los que denotan acción o movimiento; en los descriptivos, los de estado y los que indican percepción; en los diálogos insertos en un relato se analizará la variación en los verbos de dicción usados para introducir el discurso de los personajes. 
                      IV.      Modalidad oracional: La modalidad sintáctica viene determinada en cada caso por la intención del emisor: las oraciones enunciativas, exclamativas e interrogativas suelen corresponderse con la función representativa, expresiva y apelativa, respectivamente. 
                 V.      Estructuras sintácticas recurrentes que sean significativas en relación con el sentido o el tipo de texto: ¿predomina algún tipo peculiar de estructura oracional (atributivas, pasivas perifrásticas, impersonales o pasivas reflejas)?, ¿por qué?, se emplean construcciones paralelísticas, anáforas, anadiplosis o algún otro recurso de reiteración sintáctica? Las oraciones subordinadas predominan en textos de contenido más complejo y, por tanto, con una redacción de mayor riqueza que busca la precisión en la enunciación de ideas; en cambio, las oraciones yuxtapuestas y coordinadas son propias de textos redactados con mayor sencillez o que buscan una forma de expresión más ágil y rápida. A esta agilidad contribuye también la elisión de nexos o asíndeton (el polisíndeton, o el uso reiterado de las mismas conjunciones, produce, en cambio, sensación de lentitud y de solemnidad en la expresión). Conviene observar y valorar también los tipos de construcciones oracionales y nexos empleados: los textos coloquiales y también los de hablantes no cultos suelen presentar poca variación (por lo que repiten una y otra vez la misma construcción y los mismos nexos: y….y…y…; entonces….entonces…entonces…; porque…porque…porque); el uso de una gran variedad de estructuras de subordinación indica, por el contrario, un estilo elaborado y un mayor dominio de la lengua culta.

-          Nivel semántico. Cultismos, vulgarismos, sinónimos, palabras polisémicas, metáforas, metonimias, ironías, símbolos, connotaciones…


5. Valoración crítica El objetivo del análisis crítico es dar cuenta del modo en que las diversas informaciones que el texto contiene, explícitas o implícitas, se han integrado con las ideas previas del comentarista y, si es posible, realizar una valoración razonada de las ideas del texto y de su sentido.
    El enjuiciamiento del texto se puede realizar siguiendo algunos de estos criterios: 
·         El propio texto: Adecuación a la situación comunicativa; grado de complejidad; calidad estética. 
·         Relación texto-autor:  Representatividad del texto en relación con el autor; actitud o punto de vista adoptado; distancia con respecto a lo que enuncia; tono irónico, solemne, burlón, etc. 
·     Relación texto-lector: ¿Me quiere convencer de algo el texto?, ¿lo consigue?; reacciones diversas que me produce el texto (adhesión, repulsa, admiración, indiferencia, incredulidad, sorpresa, hilaridad, emoción, aburrimiento…)
·       Relación texto-sociedad: ¿Se pueden apreciar en el texto alguna referencia a la situación socio-cultural o política de la época en la que se inscribe? ¿Se corresponden las ideas que presenta con la ideología de algún grupo social?
·         Relación texto-Historia de la Literatura: Vinculación con la tradición literaria y con la obra de otros escritores; originalidad temática y formal; trascendencia del texto para la Historia de la Literatura. 


6. Conclusión. Constituye una valoración final que ofrece una visión de conjunto del texto, explicando su relación con la obra, con la trayectoria literaria del autor y con el movimiento y la época en que se sitúa. Siempre hay que evitar tres tipos de errores: realizar una enumeración prolija de todo lo que se ha venido señalando; emitir juicios impresionistas superficiales del tipo “es muy bonito”, “me ha gustado mucho”…; y tomar el texto como excusa para exponer toda la información teórica recibida.  

    Finalmente, es importante tener presente que el comentario debe ser personal, dictado por los gustos y la sensibilidad de cada lector, y adecuado al texto que se va a analizar, el cual puede exigir un enfoque determinado y requerir el estudio de unos aspectos concretos: en definitiva, es el texto el que reclama su propio comentario. En este sentido, proponer un modelo de comentario con un guión definido presenta claras limitaciones que sólo se justifican por necesidades meramente escolares de orientación para los alumnos con más dificultades para elaborar este tipo de trabajos.

LECTURAS OBLIGATORIAS (CURSO 2010-2011)

1) Giovanni Boccaccio: tres novelas del "Decamerón"

    - Primera jornada: novela tercera - "El judío Melquisedec y el sultán Saladino..."
    - Quinta jornada: novela novena -"Federico de los Alberighi..."
    - Décima jornada: novela décima - "El marqués de Saluzzo y Griselda "

2) "Romeo y Julieta " de Shakespeare.

3) Una antología de poesía romántica: "Kubla Khan " de Samuel T. Coleridge/ "Oda a un ruiseñor " y "Oda a una urna griega " de John Keats.

4) "Madame Bovary " de Flaubert

5) "El corazón delator " de Edgar Allan Poe/ "El collar " de Guy de Maupassant/ "Vanka " de Anton Chéjov.

6) "Las flores del mal" de Baudelaire (9 poemas)

7) "La metamorfosis " de Kafka

8) "Esperando a Godot" de Beckett