sábado, 24 de diciembre de 2011

ACTIVIDAD VOLUNTARIA PARA NAVIDAD: "UTOPÍA"

  Tomás Moro imaginó que, gracias a la razón y al progreso, lograríamos alcanzar una sociedad perfecta. Otros autores, más próximos a nuestro tiempo, desconfían de la naturaleza humana y nos dibujan un mundo futuro sometido a una férrea dictadura. Por ejemplo:

1. Aldous Huxley: "Un mundo feliz"
 

                              
 http://www.youtube.com/watch?v=4ga1XeJSYD0      
                      







2. G. Orwell: "1984"
 
 http://www.youtube.com/watch?v=Z4rBDUJTnNU

3. Philip K. Dick: "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?" Película: "Blade runner"

 
http://www.youtube.com/watch?v=4k_VeLJWpds&feature=related

   La película que hemos visto en clase, "Fharenheit 451", incide sobre el mismo tema.
 
                                

 Os propongo dedicar, voluntariamente, algunas horas de vuestras vacaciones de Navidad a redactar un microrrelato: ¿por qué no, si entre sms, e-mails, Tuentis, Facebook, etc. muchos habréis escrito ya varios folios? El mejor camino para valorar las obras maestras de la Literatura es comprobar lo difícil (y lo apasionante) que resulta intentar escribir una.

  La idea sería la siguiente: si decidís participar en la actividad, debéis escribir una pequeña narración de 30 líneas sobre el tema de las "utopías". Es decir, tenéis que imaginar cómo será nuestra sociedad dentro de 1000 años: ¿habrá una dictadura? ¿Habremos alcanzado, por fin, la justicia y la paz completas? ¿Qué estará prohibido? ¿Seremos más felices que ahora?

 Ese microrrelato lo presentaréis al concurso literario que se va a convocar en el instituto. No os lo voy a corregir antes de que sea valorado por el jurado, como es obvio,  pero lo tendré en cuenta para la nota posteriormente.  

  

miércoles, 14 de diciembre de 2011

TEMA 5. El desarrollo del espíritu crítico: la Ilustración. La Enciclopedia. La prosa ilustrada.

  El pensamiento ilustrado se extiende desde Francia por toda Europa a lo largo del siglo XVIII. El cambio se hace posible gracias al espíritu crítico con el que se empiezan a cuestionar las creencias establecidas en todos los aspectos del pensamiento. El movimiento ilustrado se basa en la plena confianza en la razón por encima de la fe como medio para alcanzar el progreso. El afán de conocimiento del hombre se separa de sus creencias religiosas; la convicción de que el progreso conduce a la felicidad desemboca en el optimismo humanista. El espíritu ilustrado propicia la fundación de instituciones creadas al servicio del estudio y fomenta el ideal del hombre cultivado capaz de mostrar su agudeza como librepensador.

                                          

   En política, el absolutismo se ve sustituido por el despotismo ilustrado. El rey mantiene el poder absoluto y el pueblo no tiene ninguna capacidad de decisión, pero los monarcas buscan el crecimiento económico, la mejora de las condiciones de vida de sus súbditos y la extensión de la educación a través de políticas reformistas. Esto es, según el lema que explica esta filosofía política: "todo para el pueblo, pero sin el pueblo".
 En el aspecto religioso, hay una mayor tolerancia y surgen nuevas corrientes, como el deísmo. Las relaciones con la Iglesia se complican, pues los Estados buscan un mayor control (regalismo), dando lugar a fuertes conflictos, como la expulsión de los jesuitas en algunos países.

                                                            
  La educación comienza a orientarse hacia las ciencias experimentales: se desarrollan las Academias y se fundan las sociedades científicas. En Física y Matemáticas hubo decisivos avances gracias a las contribuciones de figuras como Isaac Newton. Adam Smith se convierte en el padre de la Economía moderna al publicar La riqueza de las naciones, obra clave para entender los principios del liberalismo económico.

LA ILUSTRACIÓN

 La filosofía ilustrada se caracteriza por una confianza ilimitada en el poder de la razón para resolver los problemas en todas las esferas de la vida. Este movimiento nació en Francia y extendió por toda Europa sus  ideas racionalistas y reformistas. 
 Esta nueva corriente filosófica se ve intensamente influida por el racionalismo de Descartes, que afirma que la razón es la base del saber, o por el empirismo, del que se desprende la idea de que el conocimiento ha de pasar necesariamente por la experiencia sensible. Destaca la huella de Immanuel Kant, quien logra sintetizar todas las corrientes de pensamiento y aporta, a la vez, un enfoque totalmente novedoso. 

 Las principales figuras de la filosofía ilustrada, pensadores polifacéticos y combativos, no dudaron en recurrir a la literatura para difundir su visión del mundo:

1. Montesquieu (1689-1755) obtuvo un gran éxito con su tratado político Del espíritu de las leyes, donde se defiende la separación de poderes en el Estado. En su novela epistolar Cartas persas traza una dura visión crítica de la sociedad francesa, a través de los ojos de unos viajeros persas que visitan este país.

2.Voltaire (1694-1778) es el prototipo del pensador ilustrado. Aparte de su Diccionario filosófico, escribió innumerables obritas y panfletos sobre todo tipo de temas (Tratado sobre la tolerancia, El filósofo ignorante). Su producción literaria es inmensa, pues fue poeta y dramaturgo. Tienen más vigencia sus relatos alegóricos, que exponen problemas morales con una visión pesimista del hombre. Entre ellos destacan El ingenuo y, sobre todo, Cándido o el optimismo, su obra maestra, en la que la bondad natural del protagonista choca continuamente con la sociedad humana.

3. Denis Diderot (1713-1784), además de dirigir la Enciclopedia, escribió obras de teatro y de teoría teatral, así como varias novelas con una prosa muy inteligente: La religiosa, confesiones de una monja sin vocación, Jacques el fatalista, un diálogo entre Jacques y su amo en el que se entrelazan múltiples historias, y El sobrino de Rameau, cuyo protagonista resume las principales ideas del autor.

4. Jean-Jacques Rousseau (1712-1778) es el gran disidente de la Ilustración. Sostiene que la cultura y el progreso son los causantes de los males de la humanidad, ya que considera que el hombre es bueno por naturaleza, es la sociedad la que le corrompe. Rousseau exalta el sentimiento por encima de la razón, con lo que anticipa la sensibilidad romántica. Sus ideas políticas, expuestas en El contrato social, influyeron mucho en la Revolución Francesa.
Su producción más propiamente literaria se centra en La nueva Eloísa, larga novela epistolar sobre el conflicto entre amor y deber, que obtuvo un enorme éxito; Emilio y De la educación, libro a medio camino entre la novela y el tratado educativo, de enorme influencia en la futura pedagogía. Y Confesiones, la primera autobiografía espiritual desde San Agustín.

EL NEOCLASICISMO

  En literatura se impuso el Neoclasicismo: los autores ilustrados buscaron un nuevo modelo estético que respondiera a sus aspiraciones de mejora de la sociedad, de aplicación del pensamiento racionalista y de divulgación del conocimiento. Esto explica que triunfaran los principios clásicos, basados en la armonía y el equilibrio, y que se rechazaran los excesos de la imaginación y de la expresión que habían caracterizado a la literatura barroca. Al igual que había sucedido en el Renacimiento, el arte clásico se convirtió en el modelo de los ilustrados.
  La literatura neoclásica queda también sujeta a la razón. Se escriben por entonces tratados que establecen las reglas a las que se debe someter toda obra literaria, como la Poética de Luzán (1737). En el siglo XVIII se defendían los siguientes principios en literatura:
  • La obra debía responder a un modelo universal y tenía que ser un reflejo de la realidad, ajustado a los principios de verosimilitud y decoro.
  • Las creaciones debían seguir la preceptiva clásica, sin mezclar lo trágico y lo cómico.
  • La literatura debía tener esencialmente una intención didáctica. La obra literaria había de cumplir el principio clásico de «enseñar deleitando». Sin embargo, el arte dieciochesco produjo también una literatura de inspiración clásica en la que se recreaban los placeres de la vida dentro de un entorno natural poblado por figuras mitológicas.
  • La creación literaria se guía por la razón, por lo que los escritores manifiestan su espíritu crítico ante el mundo que los rodea.
  A finales del siglo, algunos escritores rechazan la rigidez de la normativa neoclásica y ensalzan los sentimientos por encima de la razón. Este movimiento se denomina Prerromanticismo, ya que anuncia ciertas características románticas.


LA ENCICLOPEDIA


   La Enciclopedia es una síntesis de los conocimientos de la época y, en especial, de los principales contenidos del pensamiento de la Ilustración. Con el subtítulo de Diccionario razonado de las ciencias, de las artes y de los oficios, se comenzó a escribir en 1745 y se concluyó en 1772, con diecisiete volúmenes de texto y once de láminas. Sus directores, Diderot (que además escribió más de mil artículos) y D'Alembert, la convirtieron en una obra auténticamente original; además colaboraron en ella autores como Voltaire, Montesquieu, Rousseau y Buffon. La Enciclopedia concede gran importancia a las ciencias aplicadas, a la tecnología y a los oficios y, sobre todo, defiende las ideas liberales y del progreso, por lo que fue una obra clave en la lucha contra el absolutismo y el Antiguo Régimen.





domingo, 11 de diciembre de 2011

LAS OBRAS DE SHAKESPEARE EN EL CINE




Son incontables las veces que las piezas de Shakespeare se han llevado a la pantalla, muchas veces de la mano de grandes directores: Franco Zeffirelli, Peter Brook, Jean-Luc Godard...

Del vastísimo grupo de películas basadas en piezas de Shakespeare caben destacar las que se han llevado a cabo por grandes actores británicos, con Lawrence Olivier a la cabeza, que además de interpretar a Shakespeare sobre el escenario, lo interpretó en las películas Enrique V (1944), Hamlet (1949), Ricardo III (1955) y Otelo (1985).

También forman parte de la historia del cine las adaptaciones del director Orson Welles, que además son interpretadas por él: Macbeth (1948), Otelo (1953), y Campanadas a medianoche (1966), basada en Enrique IV (partes I y II), Enrique V, Ricardo III y Las alegres comadres de Windsor.

Ya en época más reciente, el actor y director británico Kenneth Branagh ha dirigido e interpretado varias películas basadas en obras de Shakespeare, como Enrique V (1989), Mucho ruido y pocas nueces (1993), Hamlet (1996) y Trabajos de amor perdidos (2000).

Además, el cine ha adaptado a otras épocas y situaciones las tramas de las piezas de Shakespeare. Tal vez los dos ejemplos más brillantes son Ran (1985), de Akira Kurosawa, que lleva el argumento de El rey Lear al Japón del siglo XVI, y West side story (1961), que sitúa la historia de Romeo y Julieta en el Nueva York del siglo XX.

Hamlet de W. shakespeare 1948 monologo Laurence Oliver
http://www.youtube.com/watch?v=QkQvv7jc80c
 
Hamlet por K. Branagh 
http://www.youtube.com/watch?v=1HfT634yxmI
http://www.youtube.com/watch?v=C_9dKSPUySw
http://www.youtube.com/watch?v=74YTzl7vFEs&feature=related

MUERTE DE OFELIA EN EL ARTE
 

 
 
 

TEMA 4. El teatro clásico europeo. El teatro isabelino en Inglaterra. Shakespeare y su influencia en el teatro universal. El teatro clásico francés.

EL TEATRO CLÁSICO FRANCÉS DE LOS SIGLOS XVI Y XVII. AUTORES


PIERRE CORNEILLE

   Corneille (1606-1884) tuvo sus primeros éxitos con un teatro que no contemplaba los preceptos, hasta que en 1636 se representó su obra "El Cid", inspirada en "Las mocedades del Cid" de Guillén de Castro. La obra obtuvo gran éxito, pero también suscitó una enconada polémica, ya que los preceptistas le reprocharon que no se ajustara a las normas clásicas, en un momento en el que el Clasicismo se imponía con fuerza. El dramaturgo aceptó las críticas y en sus siguientes obras acató los preceptos que se le demandaban. Escribió entonces sus mejores tragedias: "Horacio", "Cinna" y "Poliuto". 
   También fue un importante comediógrafo. En este terreno destacan "Mélite" y "El mentiroso" (imitando "La verdad sospechosa" de Ruiz de Alarcón). Recibió importantes reconocimientos, pero hacia la mitad de siglo su fuerza creadora se fue debilitando y, aunque aún escribió numerosas obras, no volvió a obtener el éxito conseguido con las anteriores. 
    A Corneille se le reconoce el mérito de haber diseñado el modelo de la tragedia francesa, que posteriormente desarrolló y mejoró Jean Racine, más joven que él. 


JEAN RACINE

   La educación jansenista de Jean Racine (1639-1699), de una acentuada severidad moral, lo marcó profundamente en su concepción de la tragedia, impregnada siempre de un grave pesimismo. Sus personajes viven siempre insalvables dramas interiores provocados por pasiones irrefrenables. De este modo, el amor aparece en sus tragedias como un sentimiento destructivo marcado por la fatalidad.
   El estilo de sus tragedias es elevado, sobrio y elegante, y están estructuradas con un rigor absoluto; todos los elementos dramáticos están estrictamente al servicio de la acción, la cual plantea una única crisis conducida con mano segura hacia un desenlace inexorable y desgraciado.
    Aunque su producción literaria es abundante, la creación de sus más grandes tragedias se concentra en unos pocos años: "Andrómaca" (1667), "Británico" (1669), "Berenice" (1670), "Ifigenia" (1674) y la que se considera su obra maestra, "Fedra" (1677).


JEAN-BAPTISTE POQUELIN, MOLIÈRE

   Jean-Baptiste Poquelin, más conocido por el seudónimo de Molière (1622-1673), está considerado como uno de los grandes dramaturgos de todos los tiempos. Nació en París en 1622; hijo de un tapicero real, recibió una esmerada formación con los jesuitas, lo que le auguraba un porvenir acomodado, pero a los 20 años renunció a él para dedicarse al teatro. Con 21 años fundó junto a la familia Béjart su propia compañía teatral, con la que recorrió Francia, alternando el oficio de actor con la creación de sus propias obras. Tras su regreso a París en 1658, comenzó a obtener sus primeros éxitos con divertidas farsas en las que ya se entreveían las comedias de caracteres, que acabaron por consagrarlo. Su crítica social le granjeó enconadas enemistades; sin embargo, gozó de la protección de Luis XIV. En 1673, durante una representación de "El enfermo imaginario", sufrió un ataque y murió pocas horas después
  Molière es el creador de la comedia moderna, en la que funde los elementos cómicos de la farsa tradicional francesa e italiana (la Commedia dell' arte) con la descripción de los vicios y las virtudes de la sociedad de su tiempo y  un penetrante análisis de la psicología de sus personajes ( todos ellos verosímiles y reconocibles por el público). Estos elementos se ensamblan con una extraordinaria habilidad teatral, a través de diálogos muy vivaces.
 Aunque tuvo que doblegarse a las normas clásicas, no lo hizo sin advertir que una comedia podía ser excelente sin respetarlas. Su objetivo era el de divertir al gran público («la gran regla de todas las reglas es gustar»), pero, por medio de la diversión, consiguió hacer una crítica de la falsedad e hipocresía de su época. Conocedor y admirador de la comedia latina de Plauto, dio vida a una serie de personajes y de debilidades humanas a los que pone en ridículo en sus obras: el avaro amante del dinero en "El avaro"; el nuevo rico, en "El burgués gentilhombre"; la mujer pedante y pretenciosa en "Las preciosas ridículas"; el médico de lenguaje oscuro, en "El médico a palos" o en "El enfermo imaginario" y, por último, la religiosidad hipócrita, en el "Tartufo". Esta obra fue prohibida por el arzobispo de París por impía, y "La escuela de las mujeres", una apología de la tolerancia y la libertad de educación, fue acusada de licenciosa e inmoral.
  En algunos textos, la sátira de Molière se tiñe de amargura y pesimismo, lo que da lugar a las llamadas «obras graves»: el ya mencionado "Tartufo";"El misántropo", que recrea el tipo de quien siente odio hacia el ser humano y la sociedad, y el "Don Juan o el festín de piedra", en el que el personaje de Tirso de Molina  se convierte en un joven rebelde, frío y analítico que se complace  en transgredir todas las normas éticas.

1. [Tartufo se ha ganado la confianza de Orgón, por lo que frecuenta su casa. Sin embargo, los otros miembros de la familia (Elmira, su segunda mujer, Cleanto, el hermano de esta, Damis y Mariana, hijos del primer matrimonio de Orgón, y Dorina, la doncella de Mariana) lo detestan. Tartufo, con su hipocresía, tiene obnubilado a Orgón, el cual solo tiene ojos para él]:

ORGÓN.–Permitidme que, para disipar preocupaciones, me informe un poco de las últimas nuevas de por aquí. (A Dorina.) ¿Todo ha ido bien en estos días que he estado fuera? ¿Cómo están todos?

DORINA.–La señora tuvo ayer una calentura que le duró hasta el amanecer y una jaqueca que no os podéis imaginar.

ORGÓN.–¿Y Tartufo?

DORINA.–¿Tartufo? A las mil maravillas. Gordo y rollizo, reluciente, colorados los labios…

ORGÓN.–¡Qué alma de Dios!

DORINA.–Al caer la noche el ama tuvo unas fuertes náuseas y no pudo en la cena probar bocado, pues le duraba todavía el fuerte dolor de cabeza.

ORGÓN.–¿Y Tartufo?

DORINA.–Cenó él solito, delante de ella y con mucha devoción se comió dos perdices, con la mitad de una pierna hecha picadillo.

ORGÓN.–¡Qué alma de Dios!

DORINA.–El ama pasó la noche sin poder pegar ojo. Con unos sofocos que le entraron no pudo dormir: hasta el amanecer hubimos de velar a su lado.

ORGÓN.–¿Y Tartufo?

DORINA.–Ganado por un sueño dulcísimo pasó a su alcoba nada más levantarse de la mesa. Se metió al punto en su lecho, bien calentito, y allí… sin rechistar, hasta la mañana siguiente.

ORGÓN.–¡Qué alma de Dios!

DORINA.–Al final, convencida por nuestras razones, se resolvió a la sangría y el alivio fue casi inmediato.

ORGÓN.–¿Y Tartufo?

2. [Orgón desea casar a su hija Mariana con Tartufo, pese a la oposición de toda la familia y de ella misma, prometida con Valerio. Tartufo, por otra parte, aumenta cada vez más su hipocresía, porque es capaz de proponer adulterio a Elmira cuando antes se ha mostrado ridículamente púdico ante Dorina]:

TARTUFO.–(Viendo a Dorina.) Laurent, guardad mi cilicio y mi disciplina y rezad a Dios para que siempre os ilumine. Si viene alguien a verme, decidle que estoy con los cautivos, repartiéndoles el dinero de las limosnas.

DORINA.–¡Cuánta jactancia y cuánta fanfarronada!

TARTUFO.–¿Qué queréis?

DORINA.–Deciros…

TARTUFO.–(
Saca un pañuelo de su bolsillo.) Por Dios, antes de empezar a hablar, coged este pañuelo.

DORINA.–¿Cómo?

TARTUFO.–Cubríos ese pecho, que no querría mirarlo. Con cosas semejantes se quedan las almas turbadas y así llegan los malos pensamientos.

DORINA.–Bien sensible sois a las tentaciones, que el ver la carne tanto os altera. En verdad no sé qué sofocos son esos que os entran: lo que es a mí no me vienen tan fácilmente los deseos, que en cueros habría de veros y no me habríais de tentar.

TARTUFO.–Poned un poco de recato en vuestro lenguaje u os dejo al punto.

DORINA.–No, no, soy yo quien va a dejaros tranquilo, que no tengo más que dos palabras que deciros. La señora va a bajar aquí, a la sala, y os pide que le concedáis la merced de un momentito de charla.

3. [Damis, hijo de Orgón, ha presenciado el cortejo de Tartufo a Elmira, y se lo cuenta a su padre, el cual, en vez de censurar a Tartufo, cae rendido ante la confesión de su pecado, y le hace donación de sus bienes. Pero Elmira, resuelta en que su marido averigüe la perversa hipocresía de Tartufo, pide a Orgón que se esconda para que presencie una escena entre ella y Tartufo, en la que ella muestra un hipócrita amor por él para desenmascararle con sus mismas armas. Orgón escucha la pésima impresión que tiene Tartufo de él, y se presenta ante Tartufo]:

TARTUFO.–(Sin ver a Orgón.) Todo se une para hacerme feliz. He pasado revista a todos estos aposentos: nadie se encuentra en ellos; mi alma, radiante de felicidad…

ORGÓN.–(
Deteniéndole.) Despacio, amigo, que os dejáis llevar demasiado por vuestros ardores y no debierais abandonaros así a las pasiones. ¡Así que, hombre virtuoso, me pretendéis deshonrar! ¡Cómo sucumbe vuestra alma a las tentaciones! ¡Os casabais con mi hija, cuando estabais deseando a mi mujer! Mucho me ha costado creer que estuvierais hablando en serio, que no podía dejar de pensar que de un momento a otro ibais a cambiar de tono. Mas ya está bien de pruebas. Con las que tengo me basta y no quiero más.

ELMIRA.–(
A Tartufo.) Va contra mi talante hacer todo lo que he hecho; mas me han puesto en el trance de trataros así.

TARTUFO.–¿Cómo? ¿Creéis?

ORGÓN.–¡Ea, sin escándalos, hacedme la merced! Salgamos de aquí, y sin más dilaciones.

TARTUFO.–Mi intención…

ORGÓN.–Todas esas palabras ya están fuera de lugar. Habéis de salir al punto de la casa.

TARTUFO.–Sois vos quien de ella habéis de salir, vos que habláis como si fueras el amo: esta casa me pertenece y así haré que se me reconozca.